Para celebrar el Día de las Madres, me gustaría referirme a uno de los muchos motivos que me llevaron a visitar la Basílica de San Pedro en 2014. Es uno que brilla con luz propia: contemplar la impresionante escultura de Miguel Ángel Buonarroti “La Piedad”. Esta escultura es considerada una de las obras maestras del Renacimiento italiano y sirvió para que un joven escultor de tan sólo 21 años, recién llegado a Roma, se consagrara en su época como maestro de dimensiones universales e iniciara una carrera artística que nos ha dejado algunas de las joyas de arte más impresionantes de todos los tiempos.